Lectura diaria de la Biblia

27 de junio 2008 – Viernes

                                                

                                                   Señor, si quieres, puedes limpiarme
 

Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Extendió la mano y lo tocó, diciendo: Quiero, queda limpio. Y en seguida quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: No se lo digas a nadie, pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.

2R 25, 1-12; Sal 136, 1-6 . Mateo 8, 1-4

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