Lectura diaria de la Biblia
31 de agosto 2010 – Martes
Mundo: El hombre puede dejarse arrastrar por el espíritu del mal o caer en la cuenta de que es mejor seguir a Cristo.
Fe: El cristiano conoce a Jesús y no se asombra de la autoridad de su palabra y del poder sobre los espíritus malignos.
Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: ¿Qué queréis de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Se quien eres: El Santo de Dios. Jesús le intimó: ¡Cierra la boca y sal! El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salio sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: ¿Qué tiene su palabra? Da ordenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen. Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.
1Co 2, 10b-16; Sal 144, 8-14 . Lucas 4, 31-37