Lectura diaria de la Biblia

6 de agosto 2010 – Viernes

 

Mundo: La ley y los profetas arropan al Mesías, a quien el Padre declara su Hijo escogido. Pero ¿qué importan a los incrédulos ley, profetas, Mesías y Dios?

 

Fe: ¡Qué bien se está junto a Jesús glorioso! Los tres apóstoles no se sentirán tan bien en Getsemani. Con Jesús, en todo momento.

 

FIESTA DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR

 

Jesús se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: Maestro, que bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle. Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

 

2P  1, 16-19; Sal 96, 1-2.5-6.9 . Lucas 9, 28b-36

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