Lectura diaria de la Biblia
6 de Junio 2010 – Domingo
Mundo: Quien no cree en Dios no puede creer que Cristo está vivo y presente en la Eucaristía.
Fe: La Eucaristía es el mejor regalo de despedida que Jesús dejó a su Iglesia.
SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Gn 14, 18-20: Melquisedec, rey de Salém, ofreció pan y vino. Era sacerdote del Dios Altísimo. Y bendijo a Abrahán diciendo: Bendito sea Abrahán de parte del Dios Altísimo, que creó el cielo y la tierra. Y bendito sea el Dios Altísimo que ha entregado tus enemigos a tus manos. Y Abrahán le dio el diezmo de cada cosa.
Sal 109, 1-4: Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
1Co 11, 23-26: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor, y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía. Lo mismo hizo con la copa después de cenar, diciendo: Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que bebáis, en memoria mía. Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa proclamaréis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Lucas 9 11b-17: Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios, y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde y los doce se le acercaron a decirle: Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida; porque aquí estamos en descampado. Él les contestó: Dadles vosotros de comer. Ellos replicaron: No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío. (Porque eran unos cinco mil hombres.) Jesús dijo a sus discípulos: Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta. Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos.