Lectura diaria de la Biblia
31 de marzo 2010 – Miércoles
Mundo: La soberbia de Judas lo llevó al suicidio. Quienes lo siguen creen que son más poderosos pecando que Dios perdonando.
Fe: Jesús dejó a su iglesia la nueva Pascua, la Eucaristía, signo de amor y perdón sin límites.
Uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?. Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua? Él contestó: Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: “El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”. Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los doce. Mientras comía dijo: Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar. Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: ¿Soy yo acaso, Señor? Él respondió: El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡Ay del que va a entregar al Hijo del hombre! más le valdría no haber nacido. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: ¿Soy yo acaso, Maestro?. Él respondió: Tú lo has dicho.
Is 50, 4-9a; Sal 68, 8-10.21-22.31-34 . Mateo 26, 14-25