Lectura diaria de la Biblia

5 de marzo 2010 – Viernes

 

Mundo: Ya lo había previsto Jesús: su muerte, en manos del mundo, y la persecución del mundo a sus discípulos, aunque se dediquen a hacer el bien.

 

Fe: No somos labradores propietarios: Dios nos ha arrendado su viña para que trabajemos en ella.

 

Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: “Tendrán respeto a mi hijo”. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: “Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia”. Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿Qué hará con aquellos labradores?. Le contestaron: Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a su tiempo. Y Jesús les dice: ¿No habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de los cielos y se dará a un pueblo que produzca sus frutos. Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente que lo tenía por profeta.

 

Gn 37, 3-4.12-13a.17b-28; Sal 104, 16-21 . Mateo 21, 33-43.45-46 

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