Lectura diaria de la Biblia
6 de octubre 2024 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: El discípulo no solo debe servir a los pequeños, sino que también ha de reconocerse pequeño él mismo. Y cada uno de nosotros, ¿se reconoce pequeño ante Dios? Pesémoslo, nos ayudará. Saberse pequeños, saberse necesitados de salvación, es indispensable para acoger al Señor. Es el primer paso para abrirnos a Él. Sin embargo, a menudo nos olvidamos de esto. En la prosperidad, en el bienestar, vivimos la ilusión de ser autosuficientes, de bastarnos a nosotros mismos, de no tener necesidad de Dios. Hermanos y hermanas, esto es un engaño, porque cada uno de nosotros es un ser necesitado, pequeño. Debemos buscar nuestra propia pequeñez y reconocerla. Y allí encontraremos a Jesús. (03-10-2021)
Génesis 2, 18-24: El Señor Dios se dijo: No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude. Entonces el Señor Dios modeló de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó a Adán, para ver qué nombre les ponía y cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le pusiera. Así Adán puso nombre a todos los ganados, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontró ninguno como él que le ayudase. Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre Adán, que se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios formó de la costilla que había sacado de Adán, una mujer, y se la presentó a Adán. Adán dijo: “¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!”. Su nombre será “mujer”, porque ha salido del varón. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
Salmo 127, 1-6: Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.
Hebreos 2, 9-11: Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Pues, por la gracia de Dios, gustó la muerte por todos. Convenía que aquel, para quien y por quien existe todo, llevará muchos hijos a la gloria, perfeccionando mediante el sufrimiento al jefe que iba a guiarlos a la salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos.
Marcos 10, 2-16: Acercándose unos fariseos, le preguntaron a Jesús para ponerlo a prueba: ¿Le es lícito a un hombre repudiar a su mujer?. Él les replicó: ¿Qué os ha mandado Moisés?. Contestaron: Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla. Jesús les dijo: Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio. Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.