Lectura diaria de la Biblia

4 de agosto 2024 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Cuantas veces hemos escuchado de una persona: “pero esta usa la gente y luego se olvida”. Usar a las personas por el interés propio. Está muy mal. Una sociedad cuyo centro sean los intereses en lugar de las personas es una sociedad que no genera vida. La invitación del Evangelio es esta: en lugar de preocuparnos solo por el pan material que nos quita el hambre, acojamos a Jesús como pan de vida y, a partir de nuestra amistad con Él, aprendamos a amarnos entre nosotros. Con gratuidad y sin cálculo. Amor gratuito y sin cálculos, sin usar a la gente, con gratuidad, con generosidad, con magnanimidad. (01-08-2021)

Éxodo 16, 2-4.12-15: La comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos alrededor de la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda la comunidad. El Señor dijo a Moisés: Mira, haré llover pan del cielo para vosotros: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi instrucción o no. He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Diles: “Al atardecer comeréis carne, por la mañana os hartaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor Dios vuestro”. Por la tarde una banda de codornices cubrió todo el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío apareció en la superficie del desierto un polvo fino, como escamas, parecido a la escarcha sobre la tierra. Al verlo los hijos de Israel se dijeron: ¿Qué es esto?. Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: Es el pan que el Señor os da de comer.

Salmo 77, 3-4.23-25.54: El señor les dio pan del cielo.

Efesios 4, 17.20-24: Esto es lo que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya, como es el caso de los gentiles, en la vaciedad de sus ideas. Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo, si es que lo habéis oído a él y habéis sido adoctrinados por él, conforme a la verdad que hay en Jesús. Despojaos del hombre viejo y de su anterior modo de vida, corrompido por sus apetencias seductoras; renovaos en la mente y en el espíritu y revestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.

Juan 6, 24-35: Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: Maestro, ¿cuándo has venido aquí?. Jesús les contestó: En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios. Ellos le preguntaron: ¿Y qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?. Respondió Jesús: La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado. Le replicaron: ¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”. Jesús les replicó: En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre quien os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo. Entonces le dijeron: Señor, danos siempre de este pan. Jesús les contestó: Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás.

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