Lectura diaria de la Biblia
28 de julio 2024 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: El anuncio de Cristo, pan de vida eterna, requiere un generoso compromiso de solidaridad con los pobres, los débiles, los últimos, los indefensos. Esta acción de proximidad y de caridad es la mejor muestra de la calidad de nuestra fe, tanto a nivel personal como a nivel comunitario. (29-07-2018)
2Reyes 4, 42-44: Acaeció que un hombre de Baal Salisá vino trayendo al hombre de Dios primicias de pan, veinte panes de cebada y grano fresco en espiga. Dijo Eliseo: “Dáselos a la gente y que coman”. Su servidor respondió: “¿Cómo voy a poner esto delante de cien hombre?” Y él mandó: Dáselo a la gente y que coman. Porque así dice el Señor: “Comerán y sobrará”. Y lo puso ante ellos comieron y aún sobró, con forme a la palabra del Señor.
Salmo 144, 10-11.15-18: Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.
Efesios 4, 1-6: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos; sobrellevaos mutuamente con amor; esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos.
Juan 6, 1-15: Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente dice a Felipe: ¿Con qué compraremos panes para que coman estos? (lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer). Felipe le contestó: Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo. Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces, pero, ¿qué es eso para tantos?. Jesús dijo: Decid a la gente que se siente en el suelo. Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y lo repartió a los que estaban sentados, y lo mismo, todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda. Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: Este es verdaderamente el profeta que va a venir al mundo. Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña, él solo.