Lectura diaria de la Biblia
3 de septiembre 2023 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: El compromiso de “tomar la cruz” se convierte en participación con Cristo en la salvación del mundo. Pensando en esto, hagamos que la cruz colgada en la pared de casa, o esa pequeña que llevamos al cuello, sea signo de nuestro deseo de unirnos a Cristo en el servir con amor a los hermanos, especialmente a los más pequeños y frágiles. La cruz es signo santo del amor de Dios, es signo del sacrificio de Jesús, y no debe ser reducida a objeto supersticioso o joya ornamental. (30-08-2020)
Jeremías 20, 7-9: Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; Has sido más fuerte que yo y me has podido. He sido a diario el hazmerreír, todo el mundo se burlaba de mí. Cuando hablo, tengo que gritar, proclamar Violencia y destrucción. La Palabra del Señor me ha servido de oprobio y desprecio a diario. Pensé el olvidarme del asunto y dije: no lo recordaré; no volveré a hablar en su nombre; pero había en mis entrañas como fuego, algo ardiente encerrado en mis huesos. Yo intentaba sofocarlo, y no podía.
Salmo 62, 2-6.8-9: Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Romanos 12, 1-2: Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; este es vuestro culto espiritual. Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo cual es la voluntad de Dios, que es lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.
Mateo 16, 21-27: Comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: ¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte. Jesús se volvió y dijo a Pedro: Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo; porque tú piensas como los hombres, no como Dios. Entonces dijo a sus discípulos: El que quiera venir en pos de mí que se niegue así mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque quien quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O que podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.