Lectura diaria de la Biblia
8 de enero 2023 – domingo Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR
Papa Francisco: Tan pronto como Jesús fue bautizado en el río Jordán, los cielos se abrieron y en Espíritu Santo descendió sobre Él como una paloma, mientras que desde lo alto resonaba una voz que decía: Este es mi Hijo amado; en el que me complazco (Mateo 3, 17). En la fiesta del Bautismo de Jesús redescubrimos nuestro bautismo. Así como Jesús es el Hijo Amado del Padre, también nosotros, renacidos del agua y del Espíritu Santo, sabemos que somos hijos amados -¡el Padre nos ama a todos!-, que somos objeto de la satisfacción de Dios, hermanos y hermanas de muchos otros, con una gran misión de testimoniar y anunciar a todos los hombre y mujeres el amor ilimitado de Padre. (12-01-2020)
Isaías 42, 1-4.6-7: Esto dice el Señor: Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones: No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no lo apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te tomé de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, y de la prisión a los que habitan en las tinieblas.
Salmo 28, 1-4.9-10: El Señor bendice a su pueblo con la paz.
Hechos 10, 34-38: Pedro tomó la palabra y dijo: Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Mateo 3, 13-17: Vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentó disuadirlo diciéndole: Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?. Jesús le contestó: Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia. Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Éste es mi Hijo amado en quien me complazco.