Lectura diaria de la Biblia
29 de diciembre 2022 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: De la Virgen y san José repite cuatro veces san Lucas que querían cumplir lo que estaba prescrito por la Ley del Señor. Se entiende, casi se percibe, que los padres de Jesús tienen la alegría de observar los preceptos de Dios, si, la alegría de caminar en la Ley del Señor. ¿Y qué dice de los ancianos Simeón y Ana? De Simeón afirma que era un hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel, y que el Espíritu Santo estaba con él; dice que el Espíritu Santo le había revelado que antes de morir vería al Cristo, al Mesías y por último que fue al Templo impulsado por el Espíritu. De Ana dice luego que era una profetisa, es decir, inspirada por Dios; y que estaba siempre en el Templo sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y para entregar la oblación como dice la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor; impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo Israel. Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la aptitud de muchos corazones. Y a ti una espada te traspasará el alma.
1Juan 2, 3-11; Salmo 95, 1-3.5b-6; . Lucas 2, 22-35