Lectura diaria de la Biblia
27 de Septiembre 2009 – Domingo
Números 11,25-29
En aquellos días, el Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del Espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el Espíritu, se pusieron a profetizar enseguida. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda. Pero el Espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: Eldad y Medad están profetizando en el campamento. Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: Señor mío, Moisés, prohíbeselo. Moisés le respondió: ¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el Espíritu del Señor!
Salmo 18 Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Santiago 5,1-6
Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego. ¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final! El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos esta clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.
Marcos 9,38-43.45.47-48
En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros. Jesús respondió: No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y, además, el que os dé a beber un baso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.