Lectura diaria de la Biblia
12 de abril 2022 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
MARTES SANTO
Papa Francisco: Judas vendió a Jesús por treinta monedas. Jesús es como una mercancía: fue vendido entonces y otras muchas veces en el mercado de la historia, en el mercado de nuestra vida. Cuando nosotros optamos por las treinta monedas, dejamos a Jesús de lado. Cuando hablar se convierte en habladurías, en murmuración, eso es una venta, y la persona que está en el centro de nuestra murmuración se convierte en una mercancía. Era de noche. Es la noche del pecador que encuentra de nuevo a Jesús, su perdón, la caricia del Señor. Hemos de abrir el corazón a gustar la dulzura de este perdón. Qué hermoso es ser santos, pero también qué bello es ser perdonados.
Estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo: En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar. Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro hizo señas para que averiguase por quien lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: Señor, ¿quién es?. Le contestó Jesús: Aquel a quién yo le dé este trozo de pan untado. Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer hazlo pronto. Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, alguno suponía que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, También Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: “Donde yo voy, no podéis venir vosotros”. Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a dónde vas?. Jesús le respondió: A donde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde. Pedro replicó: Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti. Jesús le contestó: ¿Con que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.
Isaías 49, 1-6; Salmo 70, 1-6.15.17 . Juan 13, 21-33.36-38