Lectura diaria de la Biblia
20 de octubre 2021 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Dios nos ha dado el documento de identidad. Esta es nuestra ciudadanía: “Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, miembros de la familia de Dios. Vosotros también entráis con los santos en la edificación para ser morada de Dios, por el Espíritu Santo” (Efesios 2, 19 ss). Y la fuerza es el Espíritu que tiene en su interior: Dios está con nosotros y nos lleva hacia adelante, hacia la herencia, que es lo que buscamos en nuestro viaje. Hay que buscarlo todos los días, ir hacia esta herencia. Vivir con esperanza es caminar hacia una recompensa, hacia la felicidad que no tenemos aquí, pero la tendremos allí… (23-10-2018).
Dijo Jesús a sus discípulos: Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. Pedro le preguntó: Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?. Y el Señor dijo: ¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas? Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles. El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos. Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá.
Romanos 6, 12-18; Salmo 123, 1b-8 . Lucas 12, 39-48