Lectura diaria de la Biblia
25 de abril 2021 – domingo. Leed la Biblia, la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: En el Evangelio de hoy, Jesús dice: Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 1. Esta auto presentación de Jesús no puede ser reducida a una sugestión emotiva, sin ningún efecto concreto. Jesús sana siendo un pastor que da vida. Dando su vida por nosotros. Jesús le dice a cada uno: Tu vida es tan valiosa para mí, que para salvarla yo doy todo de mí mismo. Es precisamente esta ofrenda de vida lo que hace que sea el buen pastor por excelencia, el que sana, el que nos permite vivir una vida bella y fructífera. 2. La segunda parte de la misma página evangélica nos dice en qué condiciones puede sanarnos Jesús, y puede hacer nuestra vida bella y fecunda: Yo soy el buen pastor, -dice Jesús- conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco al Padre. Jesús no habla de un conocimiento intelectual, sino de una relación personal, de predilección, de ternura mutua, un reflejo de la misma relación íntima de amor entre él y el Padre. Esta es la actitud a través de la cual se realiza una relación viva y personal con Jesús: dejándonos conocer por él. No cerrándonos en nosotros mismos, sino abrirnos al Señor, para que él nos conozca. Él está atento a cada uno de nosotros, conoce nuestro corazón profundamente: conoce nuestras fortalezas y nuestras debilidades, los proyectos que hemos logrado y las esperanzas que fueron decepcionadas. Pero nos acepta tal como somos, nos conduce con amor, porque de su mano podemos atravesar incluso caminos inescrutables sin perder el rumbo. Nos acompaña él. 3. Nosotros estamos llamados a conocer a Jesús. Esto implica buscar un encuentro con él, que despierte el deseo de seguirlo abandonando las actitudes auto referenciales para emprender nuevos senderos, indicados por Cristo mismo y abiertos a bastos horizontes. En esta jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que María interceda para que muchos respondan con generosidad y perseverancia al Señor que llama a dejar todo por su Reino (22-4-2018).
Hechos 4, 8-12: Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a este hombre; quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel, que ha sido el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por este Nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es “la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular”; no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos.
Salmo 117, 1.8-9.21-29: La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
1Jn 3, 1-2: Queridos hermanos: Mirad que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos: ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Juan 10, 11-18: Dijo Jesús: Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a éstas las tengo que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por eso me ama el Padre: porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.