Lectura diaria de la Biblia
21 de marzo 2021 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Quien quiere conocer a Jesús debe mirar dentro de la cruz, donde se revela su gloria. Mirar dentro de la cruz. El Evangelio de hoy nos invita a dirigir nuestra mirada hacia el crucifijo, que no es un objeto ornamental: es un símbolo religioso para contemplar y comprender. En la imagen de Jesús crucificado se desvela el misterio de la muerte del Hijo como supremo acto de amor, fuente de vida y de salvación para la humanidad de todos los tiempos. Es sus llagas fuimos curados. ¿Cómo miro el crucifijo? ¿Cómo una obra de arte, para ver si es hermoso o no es hermoso? ¿O miro dentro, en las llagas de Jesús, hasta su corazón? ¿Miro el misterio del Dios aniquilado hasta la muerte, como un esclavo, como un criminal? Hay una hermosa devoción de rezar un Padrenuestro por cada una de las cinco llagas: intentamos entrar a través de las llagas de Jesús, dentro, precisamente a su corazón. Y allí aprenderemos la gran sabiduría del misterio de Cristo, la gran sabiduría de la cruz. Y para explicar el significado de su muerte y resurrección, Jesús se sirve de una imagen: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda el solo; pero si muere, da mucho fruto. Quiere hacer entender que su caso extremo –es decir, la cruz, muerte y resurrección- es un acto de fecundidad –sus llagas nos han curado-, una fecundidad que dará fruto para muchos. Así se compara así mismo con el grano de trigo que pudriéndose en la tierra genera nueva vida. Con la encarnación, Jesús vino a la tierra; pero Él debe también morir para rescatar a los hombres de la esclavitud del pecado y darles una nueva vida reconciliada en el amor. He dicho para rescatar a los hombres: pero, para rescatar a mí, a ti, a todos nosotros, a cada uno de nosotros, Él pagó ese precio. Este es el misterio de Cristo. Ve hacia sus llagas. Entra, contempla; ve a Jesús, pero desde dentro. Y este dinamismo del grano de trigo, cumplido en Jesús, debe realizarse también en nosotros sus discípulos: estamos llamados a hacer nuestra esa ley pascual del perder la vida para recibirla nueva y eterna. ¿Y qué significa perder la vida? Es decir, ¿Qué significa ser el grano de trigo? Significa pensar menos en sí mismos, en los intereses personales y saber ver e ir al encuentro de las necesidades de nuestro prójimo, especialmente de los últimos. Hacer con alegría obras de caridad a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu es el modo más auténtico de vivir el Evangelio, es el fundamento necesario para que nuestras comunidades crezcan en la fraternidad y en la acogida recíproca (18-3-2018).
Jeremías 31, 31-34: Ya llegan días -oráculo del Señor- en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No será una alianza como la que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto, pues quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor, –oráculo del Señor-. Esta será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días –oráculo del Señor-. Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que enseñarse unos a otros diciendo: Conoced al Señor. Porque todos me conocerán, desde el pequeño hasta el mayor –oráculo del Señor-, cuando perdone su culpa y no recuerde ya sus pecados.
Salmo 50, 3-4.12-19: Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Hebreos 5, 7-9: Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, siendo escuchado por su piedad filial. Y, aun siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se convirtió, para todos los que le obedecen, en autor de salvación eterna.
Juan 12, 20-33: Entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: Señor, queremos ver a Jesús. Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama así mismo, se pierde, y el que se aborrece así mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará. Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré?: “Padre, líbrame de esta hora”. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado y volverá a glorificarlo. La gente que estaba allí y lo oyó, decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí. Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.