Lectura diaria de la Biblia
15 de enero 2021 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Mucha gente sigue a Jesús quizá por el propio interés: la salud, una palabra de consuelo. ¡Cuántas veces seguimos a Jesús por cualquier interés! La pureza de intención es una gracia que se encuentra en el camino: Lo importante es seguir a Jesús, caminar detrás de Jesús. Los que seguían a Jesús arriesgaban: “Como no podían entrar, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico”. Estos hombres arriesgaron cuando abrieron el boquete en el techo: arriesgaron que el propietario de la casa les abriera una causa, les hiciera pagar: pero querían ir donde Jesús. ¿Yo arriesgo o sigo a Jesús siempre según las reglas de la compañía de seguros? Seguir a Jesús, porque necesitamos algo, y arriesgando, significa seguirá Jesús con fe: esta es la fe (13-1-2017).
Cuando a los pocos días volvió Jesús en Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta y les proponía la palabra. Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro y, como no podían presentárselo, por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo uno, Dios?. Jesús se dio cuenta enseguida de lo que pensaban y les dijo: ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados quedan perdonados”, o decir: “Levántate, toma la camilla y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados –dice al paralítico-: “Te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. Se levantó, tomó inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: Nunca hemos visto una cosa igual.
Hebreos 4, 1-5.11; Salmo 77, 3.4bc.6c-8 . Marcos 2, 1-12