Lectura diaria de la Biblia
21 de noviembre 2020 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Estamos llamados a estar ante la cruz de Jesús, como María, como las mujeres, como el centurión; a escuchar el grito de Jesús y su último suspiro, y, por último, el silencio; ese silencio que se prolonga durante todo el Sábado Santo. Y estamos llamados también a ir al sepulcro, para ver que la gran piedra fue movida; para escuchar el anuncio: “Ha resucitado, no está aquí”. Allí está la respuesta. Allí está el fundamento, la roca. No en “discursos persuasivos de sabiduría”, sino en la palabra viviente de la cruz y la resurrección de Jesús. Si Él no resucitó, nuestra fe es vana. Pero Él resucitó, Él es la resurrección: nuestra fe está llena de verdad y de vida eterna (3-11-2014).
Se acercaron a Jesús unos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús: Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer. Jesús les dijo: En este mundo, los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos. Intervinieron unos escribas: “Bien dicho, Maestro”. Y no se atrevían a hacerle más preguntas.
Apocalipsis 11, 4-12; Salmo 143, 1bcd.2.9-10 . Lucas 20, 27-40