Lectura diaria de la Biblia
18 de octubre 2020 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: El Evangelio de este domingo nos presenta a los fariseos que preguntan a Jesús: ¿Es lícito pagar tributo al Cesar o no?. Jesús aprovecha la pregunta capciosa para darnos una enseñanza: Enseñadme la moneda del impuesto. Jesús pregunta: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Los fariseos solo pueden responder: Del Cesar. Entonces Jesús concluye: Pues dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Jesús declara que pagar el impuesto no es un acto de idolatría, sino un acto debido a la autoridad terrenal. Y Jesús –aquí da el golpe maestro-, reclamando el primado de Dios, pide que se le rinda lo que espera como Señor de la vida del hombre y de la historia. La referencia a la imagen del Cesar dice que es justo sentirse ciudadanos del Estado de pleno título –con derechos y deberes-; pero hace pensar en otra imagen, impresa en cada hombre: la imagen de Dios. Él es el Señor de todo, y nosotros, que hemos sido creados a su imagen, le pertenecemos ante todo a Él. ¿A quién pertenezco yo? ¿A la familia, a la ciudad, a los amigos, a la escuela, al trabajo, a la política, al Estado? Sí, claro. Pero, antes que nada –nos recuerda Jesús- tú perteneces a Dios. Esta es la pertenencia fundamental. Es Él quien te ha dado todo lo que eres y tienes. Nuestra vida podemos y debemos vivirla en el reconocimiento de nuestra pertenencia fundamental y en el reconocimiento de corazón, hacia nuestro Padre, que crea a cada uno de nosotros de forma singular, irrepetible, pero siempre según la imagen de su Hijo amado, Jesús (22-10-2017).
Isaías 45, 1.4-6: Esto dice el Señor a su Ungido, a Ciro: Yo lo he tomado de la mano, para doblegar ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las naciones y desarmar a los reyes, para abrir ante él las puertas para que los portales no se cierren. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título de honor, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí no hay Dios. Te pongo el cinturón, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor y no hay otro.
Salmo 95, 1-5.7-10: Aclamad la gloria y el poder del Señor.
1Tesalonicenses 1, 1-5b: Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los Tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. En todo momento damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones, pues sin cesar recordamos ante Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando os anuncié nuestro evangelio, no fue solo de palabra, sino también con la fuerza del Espíritu Santo y con plena convicción.
Mateo 22, 15-21: Se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discípulos suyos, con unos herodianos, y le dijeron: Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en las apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuestos al Cesar o no?. Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: ¡Hipócritas!, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto. Le presentaron un denario. Él les preguntó: ¿De quién son esta imagen y esta inscripción?. Le respondieron: Del Cesar. Entonces les replicó: Pues da al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.