Lectura diaria de la Biblia
26 de mayo 2020 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Frente a la imagen de Jesús triste porque se dirigía a la Pasión, con sus discípulos, llorando en su corazón, reflexionemos sobre nosotros mismos: nos hará bien: ¿Quién será la persona que cerrará mis ojos? ¿Qué dejaré? Jesús realiza una especie de examen de conciencia: “Yo he hecho esto, esto, esto”. Es bueno preguntarse: ¿Yo qué he hecho? Me hace bien imaginarme en ese momento, que no se sabe cuándo será, en el que el “nos vemos”, “hasta pronto”, “hasta mañana”, “hasta la vista”, se convertirá en un “adiós”. ¿Estoy preparado para confiarme yo mismo a Dios? ¿Para decir esa palabra –adiós- que es la palabra de la confianza del hijo en el padre? (19-5-2015).
Levantando los ojos al cielo, dijo Jesús: “Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que le has dado. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, he llevado a cabo la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía junto a ti, antes que el mundo existiese. He manifestado tu nombre a los que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste, porque son tuyos. Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti”.
Hechos 20, 17-27; Salmo 67, 10-11.20-21 . Juan 17, 1-11a