Lectura diaria de la Biblia
31 de marzo 2020 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: En el diálogo con los fariseos, Jesús repite tres veces “moriréis por vuestros pecados”. Y les hace recordar algo: “Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que “Yo Soy”. En el desierto, el pueblo encuentra esas serpientes que muerden y provocan la muerte. Entonces el Señor dice a Moisés que haga una serpiente de bronce y la levante, y la persona que sufra una herida de la serpiente, y que mire la de bronce, será sanada. La serpiente de bronce era signo de dos cosas: Primera, del pecado hecho por la serpiente, de la seducción de la serpiente, de la astucia de la serpiente; segunda, también era señal de la cruz de Cristo, era una profecía… Jesús se ha “hecho serpiente”, Jesús se “ha hecho pecado” y ha tomado sobre sí todas las suciedades de la humanidad, todas las suciedades del pecado. Y se ha hecho levantar para que toda la gente lo mire, la gente herida por el pecado, nosotros. Este es el misterio de la cruz y lo dice Pablo: “Se ha hecho pecado” y ha tomado la apariencia del padre del pecado, de la serpiente astuta (4-4-2017).
Dijo Jesús a los fariseos: Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros. Y los judíos comentaban: ¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”? Y él les dijo: Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que “yo soy”, moriréis por vuestros pecados. Ellos le decían: ¿Quién eres tú?. Jesús les contestó: Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él. Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que “yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada. Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
Números 21, 4-9; Salmo 101, 2-3.16-18.19-21 . Juan 8, 21-30