Lectura diaria de la Biblia
25 de marzo 2020 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR
Papa Francisco: La salvación no se compra ni se vende. Se regala, es gratuita. Nosotros no podemos salvarnos por nosotros mismos, la salvación es un regalo, totalmente gratuita. No se compra con “la sangre de los toros y machos cabríos”. Para que esta salvación entre en nosotros pide un corazón humilde, un corazón dócil, un corazón obediente, como el de María. El modelo de este camino de salvación es Dios mismo, su Hijo, que no estimó un bien irrenunciable ser igual a Dios –lo dice Pablo- sino que se anonadó a sí mismo y obedeció hasta la muerte y una muerte de cruz. ¿Qué significa el camino de la humildad, de la humillación? Significa decir: yo soy hombre, yo soy mujer y tú eres Dios. Y seguir a delante, en presencia de Dios, como hombre, como mujer, en la obediencia y en la docilidad del corazón (25-3-2014).
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David: El nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco varón?. El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”. María contestó: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y el ángel se retiró.
Isaías 7, 10-14; 8, 10b; Salmo 39, 7-11; Hebreos 10, 4-10 . Lucas 1, 26-38