Lectura diaria de la Biblia
8 de enero 2020 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Esa gente seguía a Jesús para escucharlo, porque hablaba como uno que tiene autoridad, no como los escribas. Él miraba a esa gente e iba más allá. Precisamente porque amaba, dice el Evangelio: “Se compadeció de ellos”, que no es lo mismo que tener pena. La palabra justa es precisamente compasión: el amor lo lleva a “sufrir con” ellos, a involucrarse en la vida de la gente. El Señor está siempre ahí, amando primero: él nos espera, él es la sorpresa. Podemos ver en el Evangelio como ama Dios: cuando tenemos algo en el corazón y queremos pedir perdón al Señor, es Él quien nos espera para darnos el perdón, para abrazarnos, para decirnos: “Hijo, hija, te amo. He dejado que crucificaran a mi Hijo por ti; este es el precio de mi amor, este es mi regalo de amor”. Te ama así, para abrazarte, besarte, perdonarte (8-1-2016).
Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle: Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer. Él les replicó: Dadles vosotros de comer. Ellos le preguntaron: ¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?. Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Cuando lo averiguaron le dijeron: Cinco, y dos peces. Él les mandó que la gente se recostara sobre la hierba verde en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de cien y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los iba dando a los discípulos para que se lo sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron; y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres.
1Juan 4, 7-10; Salmo 71, 1-8 . Marcos 6, 34-44