Lectura diaria de la Biblia
31 de diciembre 2019 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Los hombre hablan mucho de la luz, pero a menudo prefieren la tranquilidad engañadora de la oscuridad. Hablamos mucho de la paz, pero con frecuencia recurrimos a la guerra o elegimos el silencio cómplice, o bien no hacemos nada en concreto para construir la paz. Jesús vino a su casa, y los suyos no lo recibieron; porque este es el juicio: que la luz –Jesús- vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Preferir las tinieblas, porque la luz revela sus obras malvadas. Quien obra el mal, odia la luz. Quien obra el mal, odia la paz (4-1-2015).
En el principio existía el verbo, y el verbo estaba junto a Dios, y el verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. El verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: Éste es de quien dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
1Juan 2, 18-21; Salmo 95, 1-2.11-13 . Juan 1, 1-18