Lectura diaria de la Biblia
4 de septiembre 2019 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaban todos los enfermos… Si pienso en las grandes ciudades contemporáneas, me pregunto dónde están las puertas ante las cuales llevar a los enfermos para que sean curados. Jesús nunca se negó a curarlos. Nunca pasó de largo, nunca miró para otro lado. Y cuando un padre o una madre, o incluso sencillamente personas amigas le llevaban un enfermo para que lo tocase y lo curase, no se entretenía con otras cosas; la curación estaba antes que la ley (10-6-2015).
Al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella. Él, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y decían: Tú eres el Hijo de Dios. Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto. La gente lo andaba buscando y, llegando a donde estaba, intentaban retenerlo para que no se separara de ellos. Pero él les dijo: es necesario que proclame el reino de Dios también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado. Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Colosenses 1, 1-8; Salmo 51, 10-11 . Lucas 4, 38-44