Lectura diaria de la Biblia
8 de agosto 2019 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Santo Domingo quedó impresionado de la vitalidad de Bolonia y del gran número de estudiantes que acudían a Bolonia para estudiar Derecho civil y canónico. Bolonia, con su Studium supo dar respuesta a las necesidades de la nueva sociedad, atrayendo a estudiantes ansiosos de aprender. Según una narración, un estudiante, sorprendido de los conocimientos que tenía el santo español de la Sagrada Escritura, le preguntó en qué libros la había estudiado. Su respuesta fue: “He estudiado en el libro de la caridad, más que ningún otro”. Efectivamente este libro enseña todas las cosas. La búsqueda del bien es la clave para lograr éxito en los estudios. El amor es el ingrediente que da sabor a los tesoros del conocimiento, especialmente de los derechos del hombre: a la cultura (sabiduría), a la esperanza, a la paz (Bolonia, 1-10-2017).
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?. Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas. Él les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?. Simón Pedro tomó la palabra y dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: ¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos; ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en los cielos. Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías. Desde entonces empezó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: ¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte. Jesús se volvió y dijo a Pedro: ¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios.
Números 20, 1-13; Salmo 94, 1-2.6–9 . Mateo 16, 13-23