Lectura diaria de la Biblia
13 de junio 2019 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Jesús es el único y eterno Sacerdote que, con su pasión, atravesó la muerte, resucitó y ascendió al cielo. Junto al Padre intercede para siempre en nuestro favor. Él es nuestro abogado: ¡qué bello es oír esto! Nosotros tenemos un abogado, que nos defiende de las acechanzas del diablo, nos defiende de nosotros mismos, de nuestros pecados. No tengamos miedo de ir a Él a pedir perdón, bendición, misericordia (17- abril-2013).
Levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que tú le has dado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste, porque son tuyos. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo, donde yo estoy, y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos.
Isaías 6, 1-4.8; Salmo 22, 2-3.5.6 . Juan 17, 1-2.9.14-26