Lectura diaria de la Biblia
2 de junio 2019 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Papa Francisco: Al final de su Evangelio, san Lucas narra el acontecimiento de la ascensión de modo muy sintético. Quisiera destacar dos elementos. 1) Ante todo, Jesús realiza el acto sacerdotal de la bendición y con seguridad los discípulos expresan su fe con la postración, se arrodillan inclinando la cabeza: Jesús es el único y eterno sacerdote que, con su pasión atravesó la muerte y el sepulcro y resucitó y ascendió al cielo; está junto a Dios Padre, donde intercede para siempre en nuestro favor. 2) Un segundo elemento: los Apóstoles regresaron a Jerusalén “con gran alegría”. ¿Cómo es esto? Precisamente porque, con los ojos de la fe, ellos comprenden que, si bien substraído a su mirada, Jesús permanece para siempre con ellos, no los abandona y, en la gloria del Padre, los sostiene, los guía e intercede por ellos (17-4-2013).
Hechos 1, 1-11: En mi primer libro, Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseñó hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo. Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios. Una vez que comían juntos les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días. Los que se habían bautizado, le preguntaron, diciendo: ¿Es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?. Les dijo: No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta el confín de la tierra. Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo.
Salmo 46, 2-3.6-9: Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
Efesios 1, 17-23: Hermanos: El Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cual es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.
Lucas 24, 46-53: Dijo Jesús a sus discípulos: Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Mirad, Yo voy a enviar sobre vosotros la promesa de mi Padre; vosotros, por vuestra parte, quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza que viene de lo alto. Y los sacó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.