Lectura diaria de la Biblia
13 de abril 2019 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Alguno ha dicho que Dios se ha hecho hombre para poder llorar, llorar lo que habían hecho sus hijos. El llanto delante de la tumba de Lázaro es el llanto del amigo. El padre (del hijo pródigo) subía a la terraza continuamente para mirar el camino y ver si el hijo volvía. Este es el llanto de Dios Padre. Y con este llanto el Padre recrea en su Hijo toda la creación. Nuestro Padre Dios se ha hecho hombre para poder llorar y nos hará bien pensar que nuestro Padre Dios hoy llora por esta humanidad que no termina de entender la paz que Él nos ofrece, la paz del amor (27-10-2016).
Muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús (la resurrección de Lázaro), creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: ¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación. Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera. Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no solo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos. Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a una región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos. Se acercaba la pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: ¿Qué os parece? ¿vendrá a la fiesta?. Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.
Ezequiel 37, 21-28; Salmo: Jeremías 31, 10-13 . Juan 11, 45.47-57