Lectura diaria de la Biblia
26 de marzo 2019 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: El Evangelio habla de perdonar, no simplemente de pedir disculpas por un error: perdonar a quien me ha ofendido, a quien me hizo mal, a quien con su maldad hirió mi vida, me corazón. “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. –Pero, padre, yo me confieso, voy a confesarme… -¿Y qué haces primero de confesarte?- Pienso en las cosas que hice mal –está bien.- Luego pido perdón al Señor y prometo no volver a hacerlo… -Bien. ¿Y luego vas al sacerdote?. Pero te falta una cosa: ¿has perdonado a los que te han hecho mal?. El perdón que Dios te dará requiere el perdón que tú das a los demás (10-3-201).
Acercándose Pedro a Jesús le preguntó: Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?. Jesús le contesta: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el Señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo”. Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: “Págame lo que me debes”. Él compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré”. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.
Daniel 3, 25.34-43; Salmo 24, 4-9 . Mateo 18, 21-35