Lectura diaria de la Biblia
25 de febrero 2019 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Jesús se encontró con un muchacho que parecía como muerto. Lo tomó de la mano y lo puso en pie. Cuando Jesús cura, cuando va entre la gente y cura a una persona, jamás la deja sola. Estos gestos de tanta ternura de Jesús nos hacen comprender que nuestra doctrina, o nuestro seguimiento de Cristo, no es una idea. Es continuo permanecer en casa. Y si cada uno de nosotros tiene la posibilidad, y la realidad, de marcharse de casa por un pecado o por un error, Dios lo sabe, la salvación es volver a casa: con Jesús en la Iglesia (24-2-2014).
Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y cuando volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó: ¿De qué discutís?. Uno le contestó: Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces. Él, tomando la palabra, les dice: ¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo. Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?. Contestó él: Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo han echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos. Jesús replicó: ¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe. Entonces el padre del muchacho se puso a gritar: Creo, pero ayuda mi falta de fe. Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas a entrar en él. Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, tomándolo de la mano, y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: ¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?. Él les respondió: Esta especie sólo puede salir con oración.
Eclesiástico 1, 1-10; Salmo 92, 1-2.5 . Marcos 9, 14-29