Lectura diaria de la Biblia
30 de septiembre 2018 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Jesús encuentra hostilidad en la gente que no había aceptado cuanto dijo e hizo. Para ellos, la apertura de Jesús a fe honesta y sincera de muchas personas que no formaban parte del pueblo elegido de Dios, les parecía intolerable. Los discípulos, por su parte, actuaron de buena fe, pero la tentación de ser escandalizados por la libertad de Dios que hace hacer llover sobre justos e injustos (Mt 5, 45), saltándose la burocracia, el oficialismo y los círculos íntimos, amenaza la autenticidad de la fe y, por tanto, tiene que ser vigorosamente rechazada. Cuando nos damos cuenta de esto, podemos entender por qué las palabras de Jesús sobre el escándalo son tan duras. Para Jesús, el escándalo intolerable es todo lo que destruye y corrompe nuestra confianza en este modo de actuar del Espíritu. Nuestro Padre no se deja ganar en generosidad y siembra. Siembra su presencia en nuestro mundo. Amor que nos da la certeza honda: somos buscados por Él, somos esperados por Él. Esa confianza es la que lleva al discípulo a estimular, a acompañar y a hacer crecer todas las buenas iniciativas que existen a su alrededor. Dios quiere que todos sus hijos participen de la fiesta del Evangelio. No impidáis todo lo bueno, dice Jesús, por el contrario, ayudadlo a crecer. Poner en duda la obra del Espíritu, da la impresión de que la misma no tiene nada que ver con aquellos que no son parte de nuestro grupo, que no son como nosotros, es una tentación peligrosa. No bloquea solamente la conversión a la fe, sino que constituye una perversión de la fe. La fe abre la ventana a presencia actuante del Espíritu y nos muestra que, como la felicidad, la santidad está siempre ligada a los pequeños gestos. El que os de a beber un vaso de agua en mi nombre –dice Jesús, pequeño gesto- no se quedará sin recompensa (Mc 9, 41) (27-9-2015).
Números 11, 25-29: El Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del Espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos; al posarse sobre ellos el Espíritu, se pusieron a profetizar enseguida. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad; aunque estaban en la lista no habían acudido a la tienda, pero el Espíritu se posó sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: Eldad y Medad están profetizando en el campamento. Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: Moisés, señor mío, prohíbeselo. Moisés le respondió: ¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el Espíritu del Señor!.
Salmo 18, 8-14: Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Santiago 5, 1-6: Atención, ahora, los ricos, llorad a gritos por las desgracias que se os vienen encima. Vuestra riqueza está podrida y vuestros trajes se han apolillado. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados, y su herrumbre se convertirá en testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego. ¡Habéis acumulado riquezas… en los últimos días! Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos, el que vosotros habéis retenido, está gritando, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor del universo. Habéis vivido con lujo sobre la tierra y os habéis dedo a la gran vida, habéis cebado vuestros corazones para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, él cual no os ofrece resistencia.
Marcos 9, 38-43.45.47-48: Juan dijo a Jesús: Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros. Jesús respondió: No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y el que os dé a beber un vaso de agua, porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”. Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.