Lectura diaria de la Biblia

14 de septiembre 2018 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

Papa Francisco: El 14 de septiembre la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. ¿Por qué exaltar la cruz? El Padre dio al Hijo para salvarnos, y esto implicó la muerte de Jesús, y la muerte en la cruz. ¿Por qué? A causa de la gravedad del mal que nos esclavizaba. La cruz de Jesús expresa ambas cosas: toda la fuerza negativa del mal y toda la omnipotencia mansa de la misericordia de Dios. La cruz parece determinar el fracaso de Jesús, pero en realidad manifiesta su victoria. En el Calvario, quienes se burlaban de Él, le decían: Si eres el hijo de Dios, baja de la cruz. Pero era verdadero lo contrario: precisamente porque era el Hijo de Dios estaba allí, en la cruz. Cuando dirigimos la mirada a la cruz donde Jesús estuvo clavado, contemplamos el signo del amor, del amor infinito de Dios por cada uno de nosotros y la raíz de nuestra salvación. De esa cruz brota la misericordia del Padre, que abraza al mundo entero. Por medio de la cruz de Cristo a sido vencido el maligno, ha sido derrotada la muerte, se nos ha dado la vida, devuelto la esperanza. La cruz de Jesús es nuestra única esperanza verdadera. Por eso la Iglesia exalta la Santa Cruz y también por eso nosotros, los cristianos, bendecimos con el signo de la cruz (14-9-2014).

Dijo Jesús a Nicodemo: Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito para todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree el él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

Números 21, 4b-9; Salmo 77, 1-2.34-38; Filipenses 2, 6-11 . Juan 3, 13-17

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