Lectura diaria de la Biblia
9 de septiembre 2018 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: El Evangelio de hoy relata la curación de un sordomudo por parte de Jesús, un acontecimiento prodigioso que muestra como Jesús restablece la plena comunicación del hombre con Dios y con los otros hombres. El sordomudo que es llevado ante Jesús se transforma en el símbolo del no–creyente que recorre un camino hacia la fe. En efecto, su sordera expresa la incapacidad de escuchar y de comprender no solo las palabras de los hombres, sino también la palabra de Dios. Y san Pablo nos recuerda que la fe nace del mensaje que se escucha. En el Bautismo, está el gesto y la palabra de Jesús: ¡Effetá! – ¡Ábrete!. Y el milagro se cumplió: en el Bautismo hemos sido curados de la sordera del egoísmo y del mutismo de la cerrazón y del pecado y hemos sido incorporados a la gran familia de la Iglesia; podemos escuchar a Dios que nos habla y comunicar su Palabra a cuantos no la han escuchado nunca o a quién la ha olvidado y sepultado bajo las espinas de las preocupaciones y de los engaños del mundo (6-9-2015).
Isaías 35, 4-7a: Decid a los cobardes de corazón: Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco un manantial.
Salmo 145, 7-10: Alaba, alma mía, al Señor.
Santiago 2, 1-5: No mezcléis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de personas. Suponed que en vuestra asamblea entra un hombre con sortija de oro y traje lujoso, y entra también un pobre con traje mugriento; si vosotros atendéis al que lleva el traje de lujo y le decís: Tú siéntate aquí cómodamente, y al pobre le decís: Tú quédate ahí de pie o siéntate en el suelo, a mis pies, ¿no estáis haciendo discriminaciones entre vosotros y convirtiéndoos en jueces de criterios inicuos? Mis queridos hermanos: ¿Acaso no eligió Dios a los pobres según el mundo como ricos en la fe y herederos del Reino, que prometió a los que le aman?
Marcos 7, 31-37: Dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar, y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: Effetá, (esto es, ábrete). Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos.