Cristianos de hoy


 

Gran parte de los cristianos católicos de hoy llevamos la fe en los genes, por tanto a la hora de transmitirla solo lo hacemos por la vía de la sexualidad, la palabra como forma de expresión de la fe está perdiendo vigencia y los hechos que la deberían suplir brillan por su ausencia. El evangelio y la realidad actual la cara y la cruz de una misma cosa.

Acallamos nuestras conciencias (el que lo hace) con algún apadrinamiento o donación, y al prójimo, al vecino, si pasa necesidades que se busque la vida.

La verdadera realidad de  esta circunstancia, es que no nos queda tiempo para confesar nuestra adormecida fe, esperemos que a Jesús le quede para confesarnos ante el Padre.

Le pregunta un angel a Jesús en su reino. Señor Jesús ¿Es importante lo que tienes en la tierra? ¿No te gustaría rescatarlo? Claro que me gustaría, allí hay algo, pero no me quita el sueño, están tan ocupados con sus cosas materiales que cuando se les pregunta por mi existencia, la existencia de Dios lo único que saben responder es “Yo creo que tiene que haber algo” Pero Señor ¿Y el Evangelio que les dejaste que tanto sudor te costó? ¿No se lo saben de memoria? ¿No lo leen asiduamente para conocer el camino, la verdad y la vida, que para ellos eres tu Señor y en ello conocer la herencia que les tienes preparada? No, mi querido, ellos solo piensan en el fútbol, el baloncesto y las carreras de coches deportivos. El desequilibrio de la riqueza Norte-Sur les tiene sin cuidado. El hambre de África, Hispanoamérica y Asia, es cosa de otros.

También les gusta mucho tener una segunda vivienda para poder coger el coche los fines de semana. El celebrar en los templos o locales privados, el día del Señor, el descanso en comunidad, ofrecérselo a Dios que bien merecido se lo tiene, eso no entra en sus planes ¿Cuándo iban a disfrutar del coche y de la segunda casa?

Lo que no se están dando cuenta es que esta vida sedentaria, en la que para todo cogen el coche, les está trayendo muchos problemas de salud. Ahora que los avances de la medicina y la cirugía son imparables, no creas que les preocupa no colaborar, el mundo rico tiene buenos hospitales y clínicas que cuando tienen un problema allí que se van.

Hay otra cosa que me entristece bastante, los bautizos, las comuniones y las bodas están quedando como mero espectáculo, simple representación de lo que fue en su día, pero hoy desprovisto de sentimiento cristiano.

Dichas fiestas están llenas de alegría, pero se debe al hecho casi obligado de la “primera comunión” para no ser diferente del vecino o el primo. Sin embargo la celebración cristiana donde todos los miembros asistentes participan del mismo sentimiento y comparten la alegría por lo trascendental del hecho, eso queda bastante lejos. Y lo mismo sucede con las bodas. Prueba de ello que aun poniendo a Dios por testigo, a los testigos firmantes y a los testigos presénciales, nada de esto es suficiente para alargar la vida en matrimonio, a los cuatro días se divorcian casi todos. Mi querido angel, ya te contaré más otro día, espero que sea más alentador.

Y poniendo de nuevo los pies en la tierra he de constatar lo que decimos con frecuencia: “Una fe sin obras no vale nada” ¡Qué más hechos y menos palabrería! Pero yo también digo que la palabra bien empleada, a tiempo, y en su justa medida, es igualmente necesaria  como las obras.

Las obras sacian necesidades del cuerpo y las palabras pueden traer paz, sabiduría y luz al espíritu. Ejemplos de palabra: “Yo me lavo las manos de la sangre de este inocente” A los cien años Roma se convirtió al cristianismo, hoy dos mil años después los que  mataron a Jesús, Dios mismo, siguen esperando a otro.

Basta recordar el Juicio de Salomón “Ya se quien es la madre del niño”

Y la palabra por excelencia, la palabra más hermosa de todos los tiempos, la palabra llena de vida que salta a la eternidad. “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”

O sea, que desacreditar al que habla de Jesús, al que anuncia el Evangelio, diciendo que “Obras son amores y no buenas razones” es gana de ocultar o acallar la verdad para no sacar a la luz la injusticia y la falta de coherencia y de fe.

El cristiano es aquel que descubre el sentido de su vida, y por medio de ese pensamiento adopta una actitud ante la vida. Ya no vive sólo para el, empieza a pensar en las necesidades de los demás y parte de su tiempo libre lo entrega a los demás.

Cristianos de hoy

Los muy creyentes dicen que no hay que alarmarse, que no hay que precipitarse, que el Espíritu Santo que está presente en la Iglesia y que jamás la abandonará, El anunciará el camino a seguir.

Cristianos medianamente creyentes

Los medianamente creyentes vivimos absortos por efecto de la rutina; como creemos que lo que hacemos es lo correcto, en ningún momento nos planteamos el hacer algún cambio. Como para nosotros las verdades que profesamos son eternas, nuestros modos, nuestras practicas, también las hacemos eternas.

De esta manera los que viven la nueva realidad de los tiempos, nos ven poco menos que si fuéramos autómatas, programados para unas acciones pero desprovistos de verdadero conocimiento, conciencia, sentimiento o sensibilidad para atraer.

Los nuevos tiempos han cambiado y tenemos que despertar, no solo para que no nos lleve la corriente, si no para impedir que esta misma corriente arrastre a otros no tan convencidos.

Cristianos poco creyentes solo movidos por la rutina

Estos creyentes son aquellos que solo ven la parte del espectáculo en las celebraciones religiosas. Aquellos que cuando se les pregunta si van a misa, ellos dicen que no, porque no creen en los curas, y cuando se les pregunta por Dios, dicen “que tiene que haber algo” Si analizamos la palabra algo, nos daremos cuenta de que es sinónimo de poco. ¿Has ido este año a coger las aceitunas? Fui unos pocos días y “algo” cogimos.

En la era: ¿Limpiarás esta tarde el trigo? No sé. Hace “algo” de aire, pero me temo que es poco.

¿Qué tal el olivar? ¿Ha llovido por ahí? Ha llovido “algo” pero poco, es necesario que llueva más.

Creo que esa expresión de “tiene que haber algo” debemos desecharla de nuestro vocabulario, “algo” como dije, es sinónimo de poco y Dios por el contrario es sinónimo de mucho. Creador de rica materia, orden y vida; inmenso en su amor; grande su misericordia; infinita su sabiduría; magnánimo en su paciencia, valeroso en su capacidad de entrega y sacrificio; lento a la ira; tesoro de infinita perfección. Todo lo bueno en El es grande ¿Porqué decir tiene que haber algo? Con esta respuesta revelamos nuestra ignorancia y nuestra falta de interés por saber.

De los agnósticos mejor no hablar. Ellos no hablan de Dios por que no creen en El, nosotros no hablamos de ellos para no perturbarlos. Solo pedimos al Padre que les de la misma oportunidad que dio a los que hoy creen.

DC

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