Lectura diaria de la Biblia
5 de agosto 2018 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Trabajad no por el alimento que no dura, sino por el alimento que perdura, dando vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre. O sea, buscad la salvación, el encuentro con Dios. Con estas palabras nos quiere hacer entender que más allá del hambre físico el hombre lleva consigo un hambre más importante que no puede ser saciada con el alimento normal. Se trata de hambre de vida, hambre de eternidad que solamente Él puede satisfacer en cuanto es “el pan de vida”. Jesús no elimina la preocupación y la búsqueda del alimento cotidiano, no, no elimina la preocupación de todo esto que puede volver la vida más avanzada. Pero Jesús nos recuerda que el verdadero significado de nuestra existencia terrena está al final en la eternidad, está en el encuentro con Él. Y este encuentro nos ilumina durante todos los días de nuestra vida. Si pensamos en este encuentro, en este gran don, los pequeños dones de la vida, también los sufrimientos y las preocupaciones, serán iluminados por la esperanza de este encuentro (2-8-2015).
Éxodo 16, 2-4.12-15: La comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos alrededor de la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda la comunidad. El Señor dijo a Moisés: Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles de mi parte: Al atardecer comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor Dios vuestro. Por la tarde una banda de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana había una capa de rocío alrededor de él. Cuando se evaporó la capa de rocío apareció en la superficie del desierto un polvo parecido a la escarcha. Al verlo los israelitas se dijeron: ¿Qué es esto? Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: Es el pan que el Señor os da de comer.
Salmo 77, 3-4.23.25.54: El señor les dio pan del cielo.
Efesíos 4, 17.20-24: Esto es lo que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya, como es el caso de los gentiles, en la vaciedad de sus ideas. Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo, si es que lo habéis oído a él y habéis sido adoctrinados por él, conforme a la verdad que hay en Jesús. Despojaos del hombre viejo y de su anterior modo de vida, corrompido por apetencias seductoras; renovaos en la mente y en el espíritu y revestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.
Juan 6, 24-35: Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del mar, le preguntaron: Maestro, ¿cuándo has venido aquí? Jesús les contestó: En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios. Ellos le preguntaron: ¿Y qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?. Respondió Jesús: La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado. Le replicaron: ¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. Jesús les replicó: En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre quien os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo. Entonces le dijeron: Señor, danos siempre de este pan. Jesús les contestó: Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás.