Lectura diaria de la Biblia
11 de junio 2018 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla… La predicación evangélica nace de la gratuidad, del estupor de la salvación que llega; y eso que he recibido gratuitamente, debo darlo gratuitamente. No podemos predicar, anunciar el Reino de Dios, sin esta certeza interior de que todo es gratuito, todo es gracia. Cuando actuamos sin dejar espacio a la gracia, el Evangelio no tiene eficacia. No tengo riquezas, mi riqueza es solo el don que he recibido de Dios. Esta gratuidad es nuestra riqueza. Es una pobreza que nos salva de convertirnos en organizadores, empresarios. Se deben llevar adelante obras de la Iglesia y algunas son un poco complejas, pero con corazón de pobreza, no con corazón de inversión o como un empresario, porque la Iglesia no es una Ong. Es algo más importante. Nace de esta gratuidad recibida y anunciada. Se pierde la capacidad de alabar, porque alabar al Señor es esencialmente gratuito. Es una oración gratuita. No solo pedimos, alabamos (11-6-2013).
Dijo Jesús a sus apóstoles: Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.
Hechos 11, 21b-26; 13, 1-3; Salmo 97, 1-6 . Mateo 10, 7-13