Lectura diaria de la Biblia
4 de junio 2018 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: (Le quedaba uno, su hijo querido. Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo respetarían) El Hijo, el último enviado, que ha sido desechado, juzgado, no escuchado y matado, se ha vuelto la piedra angular… El camino de nuestra redención es un camino de fracasos. El de la cruz, es un escándalo. Pero, precisamente allí, el amor vence. Y esa historia, que comienza con un sueño de amor y sigue con una historia de fracaso, acaba en la victoria del amor: la cruz de Jesús. No debemos olvidar este camino, es un camino difícil ¡también el nuestro! Si cada uno de nosotros hace un examen de conciencia, verá cuantas veces le ha dicho a Jesús: Vete, cuántas veces se ha querido salvar a sí mismo, (1-6-2015).
Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos: Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos. A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo azotaron y lo despidieron con las manos bacías. Les envió otro criado; a éste lo descalabraron e insultaron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos los apalearon o los mataron. Le quedaba uno, su hijo querido. Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo respetarían. Pero los labradores se dijeron: “Éste es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia”. Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, hará perecer a los labradores y arrendará la viña a otros. ¿No habéis leído aquel texto: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”?. Intentaron echarle mano, porque veían que la parábola iba por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon.
2Pedro 1, 2-7; Salmo 90, 1-2.15-16 . Marcos 12, 1-12