Lectura diaria de la Biblia
9 de marzo 2018 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Un escriba le hizo esta pregunta a Jesús: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?. Jesús, citando el libro del Deuteronomio, le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Y hubiese podido detenerse aquí. En cambio, Jesús añadió algo que no le había preguntado el doctor de la ley. Dijo: El segundo es este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que estos. La novedad consiste en poner juntos estos dos mandamientos: son inseparables y complementarios, son las dos caras de una misma medalla. No se puede amar a Dios sin amar al prójimo y no se puede amar al prójimo sin amar a Dios. En efecto, el signo visible que el cristiano puede mostrar para testimoniar al mundo y a los demás, a su familia, el amor de Dios es el amor a los hermanos. El mandamiento del amor a Dios y al prójimo es el primero. Jesús no lo puso en el vértice, sino en el centro, porque es el corazón desde el cual todo debe partir y al cual todo debe regresar y hacer referencia (16-2-2014).
Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: ¿Qué mandamiento es el primero de todos? Respondió Jesús: El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que éstos. El escriba replicó: Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Oseas 14, 2-10; Salmo 80, 6-11.14.17 . Marcos 12, 28b-34