Lectura diaria de la Biblia
14 de febrero 2018 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: “Rasgad vuestro corazones, no vuestros vestidos”. Con estas penetrantes palabras del profeta Joel, la liturgia nos introduce hoy en la Cuaresma, indicando en la conversión del corazón la característica de este tiempo de gracia. Es un itinerario que comprende la cruz y la renuncia. El evangelio de hoy indica los elementos de este camino espiritual hacia la Pascua: La oración, el ayuno y la limosna (5-3-2014). Todo el pueblo fiel está convocado para ponerse en marcha y adorar a su Dios que es “compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad”. La Cuaresma es el camino de la esclavitud a la libertad, del sufrimiento a la alegría, de la vida a la muerte. El gesto de las cenizas, con el que nos ponemos en marcha, nos recuerda que hemos sido tomados de la tierra, somos barro (1-3-2017).
Dijo Jesús a sus discípulos: Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en la sinagoga y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensara. Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran su rostro para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.
Joel 2, 12-18; Salmo 50, 3-6.12-14.17; 2Co 5, 20-6, 2 . Mateo 6, 1-6.16-18