Lectura diaria de la Biblia
23 de diciembre 2017 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: El tiempo de adviento nos invita a la vigilancia espiritual para preparar el camino al Señor que viene. La liturgia nos propones otra actitud interior con la cual vivir esta espera del Señor, es decir, la alegría. El corazón del hombre desea la alegría. Todos deseamos la alegría, cada familia, cada pueblo aspira a la felicidad ¿pero cuál es la alegría que el cristiano está llamado a vivir y a testimoniar? Es la que viene de la cercanía de Dios, de su presencia en nuestra vida. Desde que Jesús entró en la historia, con su nacimiento en Belén, la humanidad recibió un brote del reino de Dios, como un terreno que recibe la semilla, promesa de la cosecha futura. También san Pablo, en la liturgia de hoy, indica las condiciones para ser misioneros de la alegría: rezar con perseverancia, dar siempre gracias a Dios, cooperando con su Espíritu, buscar el bien y evitar el mal. Si este es nuestro estilo de vida, entonces la buena Noticia podrá entrar en muchas casas y ayudar a las personas y a las familias a redescubrir que en Jesús está la salvación (14-12-2014).
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella. A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; la madre intervino diciendo: ¡No! Se va a llamar Juan. Y le dijeron: Ninguno de tus parientes se llama así. Entonces preguntaban por señas al padre como quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Y todos se quedaron maravillados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo: Pues ¿qué será este niño?. Porque la mano del Señor estaba con él.
Mal 3, 1-4.23-24; Sal 24, 4-5.8-10.14 . Lucas 1, 57-66