Lectura diaria de la Biblia

8 de diciembre 2017 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN

Papa Francisco: La fiesta de hoy de la Inmaculada nos hace contemplar a la Virgen, que por privilegio singular fue preservada del pecado original desde el momento de su concepción. Incluso viviendo en el mundo marcado por el pecado, no fue tocada: es nuestra hermana en el sufrimiento, pero no en el mal ni en el pecado… Celebrar esta fiesta implica dos cosas: acoger plenamente a Dios y su gracia misericordiosa en nuestra vida; y convertirnos a su vez en artífices de misericordia mediante un auténtico camino evangélico. La fiesta de la Inmaculada se convierte en la fiesta de todos nosotros si, con nosotros “sí” cotidianos, conseguimos vencer nuestro egoísmo y hacer más feliz la vida de nuestros hermanos, darles esperanza, secando algunas lágrimas y dando un poco de alegría (8-12-2015).

En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David: el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?. El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”. María contestó: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y el ángel se retiró.

Gén 3, 9-15.20; Sal 97, 1-4; Ef 1, 3-6.11-12 . Lucas 1, 26-38

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