Lectura diaria de la Biblia
9 de noviembre 2017 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Jesús, en el Evangelio de la liturgia de hoy, al hablar del templo revela una verdad sorprendente: el templo de Dios no es solamente el edificio hecho con ladrillos, sino que es su cuerpo, hecho de piedras vivas. En virtud del Bautismo, cada cristiano forma parte del edificio de Dios, es más, se convierte en la Iglesia de Dios. El edificio espiritual, la Iglesia, pide a cada uno de nosotros ser coherentes con el don de la fe y realizar un camino de testimonio cristiano. Y no es fácil la coherencia en la vida, entre la fe y el testimonio; pero nosotros debemos buscar cada día en nuestra vida esta coherencia. ¡Esto es un cristiano!, no tanto por lo que dice, sino por lo que hace, por el modo en que se comporta. Esta coherencia que nos da vida es una gracia del Espíritu Santo que debemos pedir (9-11-2014).
Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: El celo de tu casa me devora. Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: ¿Qué signos nos muestras para obrar así?. Jesús contestó: Destruid este templo y en tres días lo levantaré. Los judíos replicaron: Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?. Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
2Re 8, 22-23.27-30; Sal 83, 3-4 . Juan 2, 13-22