Lectura diaria de la Biblia
14 de mayo 2017 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: “Así como el sarmiento no puede dar fruto sino permanece en la vid, tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos”. (Jn 15, 4-5). Los sarmientos no son autosuficientes, sino que dependen totalmente de la vid, en la cual se encuentra el manantial de la vida de ellos. Así es para nosotros los cristianos. Injertados con el bautismo en Cristo, hemos recibido de Él gratuitamente el don de la vida nueva y podemos quedarnos en comunión vital con Cristo. Es necesario mantenerse fieles al bautismo y crecer en la intimidad con el Señor mediante la oración, la escucha y la docilidad a su palabra, la participación en los sacramentos, especialmente le Eucaristía y la Reconciliación (30-5-2015).
Hechos 6, 1-7: Al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas. Los apóstoles convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron: No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena familia, llenos de espíritu de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra. La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Simón, Parmena y Nicolas, prosélito de Antioquia. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando. La palabra de Dios iba cundiendo y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.
Salmo 32, 1-5.18-19: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
1Pedro 2, 4-9: Acercándose al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo. Dice la Escritura: Yo coloco en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado. Para vosotros, los creyentes, es de gran precio, pero para los incrédulos es la piedra que desecharon los constructores; ésta se ha convertido en piedra angular, en piedra de tropezar y en roca de estrellarse. Y ellos tropiezan al no creer en la palabra: ése es su destino. Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que nos llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.
Juan 14, 1-12: Dijo Jesús a sus discípulos: No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis el camino. Tomás le dice: Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?. Jesús le responde: Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto. Felipe le dice: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús le replica: Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre.