Lectura diaria de la Biblia
28 de abril 2017 – Viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: No nos dejemos robar el fundamento de nuestra esperanza, que es precisamente este: Christós anesti (Cristo a resucitado). No privemos al mundo del gozoso anuncio de la resurrección. Y no hagamos oídos sordos al fuerte llamamiento a la unidad que resuena precisamente en este Santo Sepulcro, en las palabras de aquel que, resucitado, nos llama a todos nosotros “mis hermanos” (Jerusalén, 25-5-2014).
Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberiades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: ¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?. Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo. Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, ¿qué es eso para tantos?. Jesús dijo: Decid a la gente que se siente en el suelo. Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y lo repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda. Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: Éste es verdaderamente el profeta que va a venir al mundo. Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Hch 5, 34-42; Sal 26, 1-4.13-14 . Juan 6, 1-15