Lectura diaria de la Biblia
8 de enero 2017 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR
Papa Francisco: El Bautista ve ante sí a un hombre que hace la fila con los pecadores para hacerse bautizar, incluso sin tener necesidad. Un hombre que Dios mandó al mundo como cordero inmolado. En el Nuevo Testamento el término cordero se le encuentra en más de una ocasión, y siempre en relación a Jesús. Esta imagen del cordero podría asombrar. En efecto, un animal que no se caracteriza ciertamente por su fuerza y robustez se carga en sus propios hombros un peso tan inaguantable. La masa enorme del mal es quitada y llevada por una criatura débil y frágil, símbolo de obediencia, docilidad y amor indefenso, que llega hasta el sacrificio de sí mismo. El cordero no muestra las garras o los dientes ante cualquier ataque, sino que soporta y es dócil. Y así es Jesús. Así es Jesús, como un cordero (19-1-2014)
Isaías 42, 1-4.6-7: Así dice el Señor: Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones: No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no lo apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te tomé de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, y de la prisión a los que habitan en las tinieblas.
Salmo 28, 1-4.9-10: El Señor bendice a su pueblo con la paz.
Hechos 10, 34-38: Pedro tomó la palabra y dijo: Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.
Mateo 3, 13-17: Por entonces viene Jesús desde Galilea al Jordán y se presenta a Juan para que lo bautice. Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole: Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?. Jesús le contestó: Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia. Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Éste es mi Hijo amado en quien me complazco.