Lectura diaria de la Biblia

18 de Diciembre 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: María, después de acoger el anuncio del ángel, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Cuando José se dio cuenta del hecho, quedó desconcertado. José quiere hacer la voluntad de Dios y decide, seguramente con gran dolor, repudiar a María en privado. Una prueba semejante a la del sacrificio de Abrahán, cuando Dios le pidió el hijo Isaac (cf. Gén 22): renunciar a lo más precioso, a la persona más amada. Pero, como en el caso de Abrahán el Señor interviene: encontró la fe que buscaba y abre un camino distinto, una vía de amor y de felicidad. Nos disponemos entonces a celebrar la Navidad contemplando a María y a José: María, la mujer llena de gracia que tuvo la valentía de fiarse totalmente de la Palabra de Dios; José, el hombre fiel y justo que prefirió creer al Señor en lugar de escuchar las voces de la duda y el orgullo humano. Con ellos, caminamos juntos hacia Belén.

Isaías 7, 10-14: Dijo el Señor a Acaz: Pide una señal al Señor tu Dios en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo. Respondió Acaz: No la pido, no quiero tentar al Señor. Entonces dijo Dios: Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres que cansáis incluso a Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal. Mirad: la virgen está en cinta y dará a luz un hijo, y le pone por nombre Emmanuel (que significa: “Dios-con-nosotros”)

Salmo 23, 1-6: Va a entrar el Señor: él es el rey de la gloria.

Romanos 1, 1-7: Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el evangelio de Dios. Este evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras Santas, se refiere a su Hijo, nacido, según lo humano, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de David, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo nuestro Señor. Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, os deseo la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Mateo 1, 18-24: La generación de Jesucristo fue de esta manera: la madre de Jesús estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”. Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

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