Lectura diaria de la Biblia
5 de Diciembre 2016 – Lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: El Evangelio (Lc 5, 17-26) nos presenta a Cristo que vence la parálisis de la humanidad. Describe el poder de la misericordia divina que perdona y cancela todo pecado cuando encuentra una fe auténtica. Las parálisis de las conciencias son contagiosas. Con la complicidad de las pobrezas de la historia, y de nuestro pecado, pueden extenderse y entrar en las estructuras sociales y en las comunidades, hasta asediar a pueblos enteros. Pero el mandato de Cristo puede dar un vuelco a la situación: ¡Levántate, camina!. Sigamos siempre adelante, buscando al Señor, buscando nuevos caminos, nuevas sendas para acercarnos al Señor. Y si fuese necesario abrir un agujero en el techo para acercarnos todos al Señor, que nuestra imaginación creativa de la caridad nos conduzca a esto: a encontrar y abrir caminos de encuentro, sendas de fraternidad, sendas de paz.
Un día estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor los impulsaba a curar. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de introducirlo para colocarlo delante de Jesús. No encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea y, separando las tejas, lo descolgaron con la camilla hasta el centro, delante de Jesús. Él, viendo la fe que tenían, dijo: Hombre, tus pecados están perdonados. Los escribas y los fariseos se pusieron a pensar: ¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios?. Pero Jesús, leyendo sus pensamientos, les replicó: ¿Qué pensáis en vuestro interior? ¿Qué es más fácil: decir “tus pecados quedan perdonados”, o decir “levántate y anda”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados -dijo al paralítico-: A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa. Él, levantándose al punto, a la vista de ellos, tomó la camilla donde estaba tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios. Todos quedaron asombrados, y daban gloria a Dios, diciendo llenos de temor: Hoy hemos visto cosas admirables.
Isaías 35, 1-10; Salmo 84, 9-14 . Lucas 5, 17-26