Lectura diaria de la Biblia

8 de Mayo 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Papa Francisco: Con la Ascensión, el Hijo de Dios llevó junto al Padre nuestra humanidad que Él asumió y quiere atraer a todos hacia sí, llamar a todo el mundo para que sea acogido entre los brazos abiertos de Dios, para que, al final de la historia, toda la realidad sea entregada al Padre. Debemos tener claro, que nuestra vida cristiana, que entrar en la gloria de Dios exige la fidelidad cotidiana a su voluntad, también cuando requiere sacrificio, requiere a veces cambiar nuestros programas.

Hechos 1, 1-11: En mi primer libro, querido Teofilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndose durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. Una vez que comían juntos les recomendó: No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo. Dicho esto, lo vieron levantarse hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndole irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse.

Salmo 46, 2-3.6-9: Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.

Efesios 1, 17-23: El Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cual es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies y lo dio a la Iglesia, como cabeza sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.

Lucas 24, 46-53: Dijo Jesús a sus discípulos: Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Y vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto. Después lo sacó hacia Betania, y levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos (subiendo hacia el cielo). Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

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